martes, 11 de septiembre de 2012

Ecce Homo (Alonso Berruguete)

Esta talla del Ecce Homo es una de las primeras obras de Alonso Berruguete en las que ya comienza a notarse se novedoso planteamiento rupturista. Procedente del Monasterio de Nuestra Señora de la Mejorada de Olmedo, se incorporó a la colección del Museo de Escultura de Valladolid en 1968.
 
 
El artista hace de esta recurrente escena en la que Pilatos presenta al pueblo a Cristo para que ratifique su condena de muerte, su propia interpretación y la carga de simbolismo. La fragilidad del personaje queda patente por la verticalidad, la delgadez de sus miembros y por la postura casi imposible del cuerpo. El modo de cruzar las piernas produce una gran sensación de inestabilidad que queda compensada por el manto, apoyado en el suelo, de tal forma que la sutiliza de la tela queda transformada en el soporte de la figura entera. Este efecto de inestabilidad todavía se acentúa más por el cruce de los brazos.

 
A pesar de que no existe documentación que certifique la autoría de Berruguete, los rasgos afilados del rostro, las líneas del cabello y la corona de espinas, que forma parte de la configuración de la escultura, así como la forma de tratar las extremidades o el detalle del manto, resuelven cualquier duda al respecto.

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